Esta es una obra que pocos saben que existe. Se trata de la vida de Joaquín Murieta, el bandido chileno que anduvo haciendo de las suyas en California, escrita en verso por nuestro premio nobel Pablo Neruda.
Les dejo un vídeo con el canto original una versión rockera que esta buenísima. No dejen de verlas.
NACIMIENTO
DE MURIETA
(recitado)
Ésta
es la larga historia de un hombre encendido, natural, valeroso.
Su
memoria es un hacha de guerra.
Es
tiempo de abrir el reposo,
el sepulcro del claro bandido y romper el olvido oxidado que ahora lo entierra.
(cantado)
La
sangre caída
le puso en las manos un rayo violento.
Talvez
aquel hombre
no halló su camino perdido en el viento.
Honorable
bandido
Joaquín Murieta. Venganza de hierro, de llama y piedra.
(recitado)
Aquí,
entre perales y tejas y lluvia, brillaban las uvas chilenas.
Y como
una copa de plata
que llena la noche sombría de pálido vino, la luna de Chile crecía entre boldos, maitenes, albahaca y rocío.
Entonces,
nació a la luz del planeta un infante moreno, y en la sombra serena ese rayo que nace se llama Murieta.
Es un
niño chileno
color de aceituna y sus ojos ignoran el llanto.
Creciendo
a la sombra de sauces flexibles,
nadaba en los ríos, ardía en el brío, educaba los brazos, el alma, los ojos, y se oían cantar las espuelas. Cuando desde el fondo del otoño rojo bajaba al galope en su yegua de estaño.
(cantado)
Venía
de la cordillera de piedras hirsutas,
de cerros huraños, del viento inhumano.
Traía
en las manos el golpe aledaño
del río que hostiga y divide la nieve.
Y lo
traspasaba aquel libre albedrío,
la virtud salvaje que toca la frente.
Y sella
con ira, limpieza el orgullo
las graves cabezas de los indomables.
Que
grande el destino
en actas de fuego, de fuego y pureza.
Así el
elegido no sabe
que debe morir en la empresa.
Matar y
morir
morir en la empresa. Matar y morir morir en la empresa. Matar y morir morir en la empresa. |
LA
LLAMA DEL ORO
(recitado)
Mi
patria
le dio las medallas del campo bravío, de la pampa ardiente parece que hubiera forjado con brío y con brasas para una batalla su cuerpo de arado.
Y es un
desafío su voz
y sus manos son dos amenazas.
¡La
llama del oro recorre la tierra de Chile!
¡La llama del oro recorre la tierra de Chile! ¡La llama del oro recorre la tierra de Chile!
(cantado)
La
llama del oro
recorre la tierra de Chile la llama del oro despuebla Quillota, desgrana Coquimbo, las naves esperan en Valparaíso.
(recitado)
Lo
cuentan de noche
los viejos al brasero y es como si hablara el estero, la lluvia silbante o en el ventisquero llorara en el viento la nieve distante.
De
Aconcagua partió en un velero
buscando en el agua un camino hacia California la muerte y el oro llamaban con voces ardientes.
Lo
cuentan de noche
los viejos al brasero. De Aconcagua partió un día hacia California.
¡La
llama del oro recorre la tierra de Chile!
La llama del oro...
Pero en
el camino del blanco velero,
Murieta, descubre unos ojos oscuros.
Se
siente inseguro.
Perdido en la nueva certeza. Se llama Teresa y él no ha conocido mujer campesina, como esta Teresa. |
DIÁLOGO
CON TERESA
(cantado)
(voz de
Murieta)
Todo lo
que me has dado ya era mío
y a ti mi libre condición someto. Soy un hombre sin pan ni poderío: sólo tengo un cuchillo y mi esqueleto Crecí sin rumbo, fui mi propio dueño y comienzo a saber que he sido tuyo desde que comencé con este sueño: antes no fui sino un montón de orgullo.
(voz de
Teresa)
Soy
campesina de Coihueco arriba,
llegué a la nave para conocerte: te entregaré mi vida mientras viva y cuando me muera te daré mi muerte.
(voz de
Murieta)
Tus
brazos son como los alhelíes
de Carampangue y por tu boca huraña me llama el avellano y los raulíes. Tu pelo tiene olor a las montañas. Acuéstate otra vez a mi costado como el agua del estero puro y frío y dejarás mi pecho perfumando a madera con sol y con rocío.
(recitado)
(voz de
Teresa)
Es
verdad que el amor quema y separa?
Es verdad que se apaga con un beso?.
(cantado)
(voz de
Murieta)
Preguntar
al amor es cosa rara,
es preguntar cerezas al cerezo.
Yo
conocí los trigos de Rancagua,
viví como una higuera en Melipilla.
Cuanto
conozco lo aprendí del agua,
del viento y de las cosas más sencillas. Por eso a ti, sin aprender la ciencia, te vi, te amé y te amo, bienamada.
Tú has
sido, amor, mi única impaciencia,
antes de ti no quise tener nada. Tú has sido, amor, mi única impaciencia, antes de ti no quise tener nada.
Ahora
quiero el oro para el muro
que debe defender a tu belleza: por ti será dorado y será duro mi corazón como una fortaleza, mi corazón como una fortaleza.
(voz de
Teresa)
Sólo
quiero el baluarte de tu altura
sólo quiero el oro de tu arado, sólo la protección de tu ternura: mi amor es un castillo delicado y mi alma tiene en ti sus armaduras: la resguarda tu amor enamorado.
(voz de
Murieta)
Me
gusta oír tu voz que corre pura
como la voz del agua en movimiento y ahora sólo tú y la noche oscura.
Dame un
beso, mi amor, estoy contento.
Beso mi tierra cuando a ti te beso, beso mi tierra cuando a ti te beso.
(recitado)
(voz de
Teresa)
Volveremos
a nuestra patria dura
alguna vez.
(voz de
Murieta)
El oro
es el regreso.
|
MURIETA
EN CALIFORNIA
(recitado)
Husmeando
la tierra extranjera
desde el alba oscura hasta que rodó en la llanura la noche en la hoguera.
Murieta
olfatea la veta escondida,
toca la piedra partida, la rompe, la besa.
Buscando
el tesoro sufre angustia mortal,
se acuesta cubierto de lodo.
(cantado)
Ni sed
ni serpiente acechante detienen sus pasos.
No pudo la noche nevada cortar su pisada.
Recorre
a caballo la tierra nocturna,
feroz caminante. ¿Detente! Le dice la voz de la sombra, más sigue adelante.
Picando
la noche y la roca con la llamarada
de su alma que busca en el oro su tierra y su amada.
Recorre
a caballo la tierra nocturna,
feroz caminante. ¿Detente! Le dice la voz de la sombra, más sigue adelante.
(gritado)
¡Y
hallóse de pronto cubierto de oro!
¡Y hallóse de pronto cubierto de oro! |
MUERTE
DE TERESA
(recitado)
Y con
el oro
hirvió la furia y subió por los montes.
El odio
llenó el horizonte con manchas de sangre y lujuria.
Y el
viento delgado
cambió su vestido ligero y su voz transparente.
¡El
yanqui!
Vestido
de cuero y capucha
buscó al forastero.
(cantado)
Los
duros chilenos dormían cansados
cuidando el tesoro, dormían soñando.
Soñando
volvían a ser marineros,
mineros o gente que labran los campos.
Los
lobos armados
llegaron de noche, los encapuchados, los duros ladrones.
Ladraron
los perros,
se escucha un disparo, cayó un chileno, murió en su sueño.
Los
asesinos en cabalgata
ven a Teresa, también la matan.
También
la matan,
los asesinos... |
VENGANZA
(recitado)
Salió
de la sombra Joaquín Murieta
sin ver que una rosa de sangre tenía en su seno su amada y yacía en la tierra extranjera su amor destrozado. Pero al tropezar en su cuerpo tembló aquel soldado y cerrando los ojos de aquella que fue su rosal y su estrella, juró estremecido matar y morir persiguiendo al injusto, protegiendo al caído. Y es así como nace un bandido que el amor y el honor condujeron un día a encontrar el dolor y perder la alegría y perder mucho más todavía: a jugar, a morir, combatiendo y vengando una herida y dejar sobre el polvo del oro perdido su vida y su sangre vertida.
(cantado)
¿Donde
está el atrevido jinete?
Vengando a su pueblo y su gente. ¿Donde está el solitario insurgente? En que niebla oculto su vestuario. Donde están su caballo y sus rayos. Donde acechan sus ojos ardientes.
Galopa...
Galopa...
Le dice la arena que trago la sangre de los desdichados.
Galopa...
Galopa...
Le dice la luna que ahí va la venganza en esa montura.
Va
certero y seguro ese rayo
vengando en la noche a los suyos. Sin bandera, sin ley, ni destino sólo tiene un dolor asesino. Ay nocturno, chileno distante azotado por daño incesante. Galopa... Galopa...
Galopa...
Galopa...
Le dice la arena que trago la sangre de los desdichados.
Galopa...
Galopa...
Le dice la luna que ahí va la venganza en esa montura. |
GALOPA
MURIETA
(recitado)
¡Entrega
esta flor al bandido y besa sus manos
y que tenga suerte! Tú dale, si puedes, esta gallinita. Y tú, dale el rifle de mi asesinado marido. Aún está manchado de sangre de mi bienamado.
Y un
niño le da su juguete, un caballo de palo,
y le dice: "Jinete, galopa a vengar a mi hermano que un gringo mató por la espalda".
Y
Murieta levanta la mano y se aleja violento
con el caballito del niño en las manos del viento.
(cantado)
Galopa
Murieta
destino de luto al relampagueo de cabalgadura.
Vengando
banderas
de pueblos errantes matando al que arrasa con lava quemante.
Fulgor
en la furia
de esa primavera, amantes y hermanos caídos recuerdan.
Vengando
banderas
de pueblos errantes matando al que arrasa con lava quemante.
Galopa
Murieta...
Galopa Murieta...
(recitado)
Oh
nuevos guerreros
que surjan en la tierra otro dios que el dinero.
Que
muera el que mata
el latido de la primavera y corona con sangre la cuna del recién nacido.
Adiós
compañero bandido
se acerca tu hora, tu fin está claro y oscuro,
se sabe
que tú no conoces
como el meteoro el camino seguro.
Se sabe
que tú te desviaste en la cólera
como un vendaval solitario, pero aquí te canto porque desgranaste el racimo de la ira y se acerca la aurora.
Se
acerca ya la hora
en que el iracundo no tenga ya sitio en el mundo.
Y una
sombra secreta
no habrá sido tu hazaña Joaquín Murieta. |
MUERTE
DE MURIETA
(recitado)
¿Ay!
Aquella tarde los mataron
fue a dejar flores a su esposa muerta y de pronto el heroico acorralado vio que la vida le cerró la puerta.
De cada
nicho un yanqui disparaba,
la sangre resbalaba por sus brazos y cuando cien cobardes dispararon, un valiente cayó con cien balazos.
(cantado)
¿Ay!
Aquella tarde los mataron
fue a dejar flores a Teresa.
Vio que
había sido acorralado,
que la vida le cerró la puerta.
Desde
cada nicho le tiraron,
resbalaba sangre por sus brazos. Cuando cien cobardes le tiraron, un valiente cae de cien balazos.
(recitado)
Nocturno
chileno, arrastrado y herido
por las circunstancias del daño incesante, Joaquín Murieta: ¡Violento y rebelde! ¡Regresa en mi canto al metal y a las minas de Chile!
Desde
este minuto el pueblo repite,
como una campana enterrada, mi larga cantata de luto.
(cantado)
Galopa
Murieta
destino de luto al relampagueo de cabalgadura.
Vengando
banderas
de pueblos errantes matando al que arrasa con lava quemante.
Fulgor
en la furia
de esa primavera, amantes y hermanos caídos recuerdan.
Vengando
banderas
de pueblos errantes matando al que arrasa con lava quemante.
Galopa
Murieta...
Galopa Murieta... |
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