jueves, 1 de agosto de 2013

Casa Tomada de Julio Cortázar


       
La narración nace de la presencia de una fuerza extraña que domina la vida de los protagonistas.

Dos hermanos solteros, que vivían juntos en la vieja casa de la familia que se había convertido en todo su mundo. Irene -”... nacida para no molestar a nadie"- y el na­rrador.

      Irene vivía tejiendo todo el tiempo y ese era su único pasatiempo y el sentido que tenia su vida
     Un día, a las ocho de la noche, su hermano escucha un ruido "impreciso y sordo" en el comedor o en la biblioteca, y, luego, en el fondo del pasillo. Cierra inmediatamente la puerta con llave y se dirige a la cocina para calentar la pava del mate. Luego, le comunica el hecho a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado la parte del fondo. Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
-¿Estás seguro?
Asentí.
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado. 

La nueva situación los entristece, porque en "la parte tomada" de la casa han dejado cosas que quieren mucho. A pesar de ello, poco a poco se resignan y tratan de gozar de las nuevas ventajas.
        Pero poco a poco los nuevos ocupantes de la casa fueron invadiendo más espacios hasta llegar a un sorprendente final típico del genial Cortázar.



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