No lloremos al niño porque el niño
Tú
sueñas, ay, tú duermes, tú conoces el día; tú me dices adiós y adiós es
"nunca".
(...) En la poesía hay algo distinto a la conciencia, y que la supera sin
eliminarla del todo.
Cuerpo,
te pido por favor sepárate del alma, o sea muérete, sea un masivo ataque al
corazón o sea lo que sea pero adrede.
No
te amo, amo mis celos, esos celos son lo único tuyo que me queda. Cuando
desaparezca en esos cielos de odio te ladraré porque no vienes.
Los
poetas chilenos durante un siglo han sido los que con mayor detalle han
revelado la psicología de la población de su país.
Ven
-me dice- mi casa está muy cerca. Vamos del brazo, ven. Cosa de instantes. Pero
yo sé desde antes que su palacio es un cajón con tuercas.
Tengo
razón cuando me digo (como mi abuelo) el mundo no está de acuerdo conmigo el
mundo y yo no estamos de acuerdo (No son amos los amores; los odios si lo
inmundo).
Hoy
estamos anclados, soy gaviota, mi cara es marinero sin trabajo, y el corazón
espera, espera un signo, la mujer que no está, mi amor sin ojos.
Chile
es el único país de América cuyo origen fue cantado en verso y celebrado en una
epopeya del siglo XVI, tiempo en que ya no se escribían en Europa cantares
épicos de gesta.
Llama.
A tu casa voy con ángeles, palabras. Dame algún consuelo de amor, sonrisa
pálida. Pálida paloma, ausencia de mis ojos, fortuna que perdí y hallo vestida,
hermosa.
El
infierno es morir cono si no se hubiera vivido es como el higo pasado que bota
la higuera y en el suelo mojado se seca y lo pisan caballos y niños y es como
viejo sin aliño y como vieja y como tuerca.
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