I
- Te aconsejo que me permitas pasar, porque de lo contrario te trataré como a otro testarudo en cierta ocasión.
El otro, horrorizado ante aquella amenaza, dejó libre el camino; mas, cuando el hombre se alejaba, le preguntó que habría hecho si no hubiese querido ceder.
- Dime le preguntó- ¿qué hiciste a aquel testarudo?
- Éralo más que tú, y viendo que nada podía obtener, me decidí a ... dejarle el paso franco.
El más inteligente, pues, debe ceder.
II
- El lobo tiene mala reputación; no quiero que sobre mí recaiga tan grande responsabilidad; reuniré a los animales, y que digan qué piensan del lobo.
En la asamblea no se habló muy mal de él, y todos aprobaron el nombramiento.
Los corderos fueron los únicos no consultados; ¡habíanse olvidado de convocarlos!
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